11 de septiembre de 2011

LOS GIRASOLES DE FUKUSHIMA.

Monjes budistas siembran más de ocho millones de girasoles para disminuir la radiación en Fukushima.

Luego del terremoto y maremoto que afectó a  Japón el pasado 11 de marzo, la planta nuclear Fukushima, provocó el peor accidente nuclear del mundo en 25 años.
Pese a los esfuerzos, la magnitud del desastre ha hecho que la radiación se extendiera fuera de la zona de evacuación y contaminara el suelo de lo que era una rica zona agrícola.
Exámenes posteriores detectaron niveles de radiación excesiva en verduras, leche, carne, pescado, agua, te y arroz. Este alimento básico de Japón y del mundo, dejó de ser plantado en zonas extensas y mucho del ya cosechado, fue desechado después de comprobarse que estaba contaminado.
Para intentar contrarrestar la catástrofe, el monje budista Koyu Abe, líder del templo de Goenji, cercano a Fukushima, empezó a sembrar semillas de girasol, amaranto y mostaza de campo debido a que, se cree, son plantas que ayudan a absorber del suelo materiales radioactivos.
Algo similar, habría tenido éxito en 1983 luego del desastre de Chernóbil en Ucrania. Por eso, los monjes de Goenji plantaron en los alrededores de su templo 200 mil flores y distribuyeron semillas de girasol para que los pobladores replicaran el método donde encontraran terreno disponible.
Hoy, más de ocho millones de girasoles que crecen en Fukushima provienen del templo del monje Abe.
Radio.uchile.cl

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