22 de diciembre de 2011

INELIA BENZ. LA SOLEDAD EN ESTA EPOCA.

Diciembre suele traer consigo una sensación de soledad, de pérdidas y de carencia en muchos de los adultos, y también en muchos de los niños.
Estos sentimientos son perpetuados por los medios y por la sociedad misma..
También experimentamos la necesidad de compartir, de dar,  y sentimos compasión por los que menos tienen, especialmente a lo largo de la estación de Diciembre. 
El Solsticio de invierno, y de verano, dependiendo en qué hemisferio nos encontremos, está cargado con la energía durmiente de Gaia y potencialidades (en el norte) y de abundancia (en el sur).
 
Y ¿cómo respondemos a esto?
 A lo largo de mi vida he tenido diciembres dichosos, en los que he podido compartir,  y también otros en que mi familia y yo no hemos tenido para comer.  También he sentido la pérdida de no poder estar con aquellos que habían muerto, o que habían desaparecido, sin más.
 Si los medios, la comercialización y la religión no nos hubiesen robado el gozo de la temporada, ésta sería una época simplemente para celebrar los regalos que la vida nos otorga.
 Permitirnos sentir soledad es un acto de separación.  La tristeza que experimentamos al no tener a alguien junto a nosotros es algo natural para la especie humana; nuestros cuerpos necesitan el contacto con otros, y nuestro ser también lo necesita.  Nuestro ser, nuestra esencia como expresión singular de la conciencia, como miembro de la raza humana percibe separación de otros humanos, y de la Fuente.
Pero este no es nuestro estado natural.
 A medida que elevamos nuestra vibración empezamos a sentir menos separación, menos dependencia de esos momentos de contacto humano, y nos volvemos capaces de abarcar al colectivo de la humanidad.
 Una de las herramientas que se utilizan para dividirnos es a través de los idiomas.  El lenguaje escrito y verbal no es natural de la especie humana. Las palabras que estás leyendo ahora no son la manera natural de comunicarnos...  Porque nos separan, dividen nuestra energía y nuestras ideas.
Pero por ahora son la manera de comunicar ideas complejas, el medio a nuestro alcance.
 Podemos ir más allá de esta forma de separación.  Durante 20 minutos al día como mínimo, la MEDITACIÓN en silencio es un medio poderosísimo para ir más allá de las palabras... los idiomas, y entrar a la forma de comunicación que nos es natural: la conexión directa con la Fuente, y con los demás.
"Pero yo no puedo meditar" -dicen algunos.  Y no es así.  En caso de que sientas esto, haz el ejercicio del Muro ("Firewall to Ascension") de la sección de Artículos del Sitio web.
Y también el ejercicio para PROCESAR el Miedo. Pues la incapacidad para calmar nuestra mente surje del MIEDO y nada más.
 
Como dijo el Yoda en la Guerra de las Galaxias: "Tratar no, intentar no. Hazlo o no. No existe el "tratar".
 A fin de cuentas es tan simple como esto: ¿quieres ir más allá de este paradigma de separación o no?.  Y no hay una respuesta "correcta" o "incorrecta", ambas son válidas y honorables formas de evolucionar. Simplemente ya no son COMPATIBLES.
 Así que si experimentas soledad, obsérvala.  No juzgues. No analices. No intentes reprimirla ni hacerla desaparecer.  Sólo obsérvala. Dale la bienvenida a esa emoción. Y déjala crecer.
 Le das las gracias, la llenas de amor y de luz, y dejas que se disuelva en el todo.
 LA LIBERAS.
Inelia Benz.

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