29 de agosto de 2012

DANIEL MEUROIS. MYRIAM DE MAGDALA.


La eterna pecadora asciende por fin a los altares de la era de acuario.
La figura de Myriam de Magdala (María Magdalena), adquiere un nuevo rostro en estos tiempos. 
La primera discípula de Jesús, va poco a poco recuperando su dignidad usurpada, su auténtico lugar en la historia sagrada.

Simboliza el nuevo arquetipo de mujer llamada a cumplir con su más elevado destino.
Cada uno de sus pasos por el Sur de Francia son hoy objeto de investigación. Se multiplica la bibliografía de esta adelantada alumna del Maestro, cada día menos enigmática, cada vez más gigantesco el testimonio de ternura y amor encarnados entre los hombres.
Nosotros también hemos ido tras sus pasos. Para ello nos hemos procurado un excelente guía: Daniel Meurois Givaudan. No en vano es el autor de un nuevo libro que ha titulado: "El evangelio de María Magdalena". (Luciérnaga).  En él, este curtido escritor de temas espirituales, resucita el manuscrito apócrifo inspirado por quién cada vez se manifiesta más como la "amada discípula de Jesús". Este texto fue descubierto a finales del siglo XIX y apareció amputado de una parte importante de sus páginas.

El evangelio original fue redactado en lengua copta y data aproximadamente del año 150 de nuestra era. Se conserva desde 1896 en el Departamento de Egiptología de los Museos Nacionales de Berlín.
Desconocemos si Daniel Meurois es el guía más documentado para una exploración de la figura M.M., lo que sí estamos persuadidos es de que es buen conocedor del significado que adquiere en nuestros días esta santa marginada, así como de su auténtica y gigantesca dimensión que sobrepasa el contexto meramente histórico.
Dice Daniel: "Myriam de Magdala encarna un símbolo que sólo nuestra sociedad actual es capaz de empezar a considerar en toda su amplitud".
Lejos de esa imagen estereotipada, en esos textos, fruto de su capacidad de conexión con otros planos, se manifiesta imbuida de una fe descomunal, de un amor desbordante y activo contagiado por Su compañía. La veremos preparando sus hierbas y aceites, curando a todos cuantos llaman a su puerta, acogiendo en su casa a los hermanos de blanco (esenios) y no blanco, sin importarle lo que de ella se diga.
La veremos compartir ese amor cegador entre los campesinos de la Galia aún romana en muy oportunas dosis, con prudentes pero a la vez espontáneas formas. No hay María Magdalena avergonzada, ni ñoña en la mujer que ha investigado Meurois Givaudan en sus constantes excursiones a los "registros akásicos" (archivos grabados en un "éter" imperecedero, también llamados por la ciencia esotétrica "archivos de luz"), sino, todo lo contrario, una apóstol que salta al mundo autoempoderada de toda la fuerza y la compasión que le había invitado a desplegar el Hijo de Dios en la Tierra. Hablamos con Daniel Meurois-Givaudan de la mujer histórica y del arquetipo; de quien cargaba en los óleos sanadores el perfume de las flores y del principio de Myriam, que es el de una visión no conformista, inclasificable y, a menudo, desconcertante, de la espiritualidad.
¿Qué le empujó a Myriam de Magdala más allá de Tierra Santa?
Es el Maestro Jesús en persona quien encargó a Myriam de Magdala ir a Galia acompañada de algunos discípulos en medio de los cuales se encontraba José de Arimatea. El objetivo era establecer un puente con la cultura y la religión célticas y también idealmente, crear lazos con las pequeñas ciudades habitadas por judíos al borde del Mediterráneo, en dirección hacia Nimes y Lunel.
¿Qué labor desplegó en el Sur de Francia? 
 Casi estaríamos tentados de afirmar que "evangelizó" el sur de Francia pero sería falso, ya que la noción de Evangelio no existía aún. Ella no quería convertir a nadie, pues Cristianismo no significaba nada por aquel entonces y nadie hablaba de crear una religión. Se trataba únicamente de evocar la existencia de Cristo, de dar testimonio y de reunir seres humanos alrededor del Principio que Él representaba, respetando las creencias y costumbres locales, así como la fe druídica.
¿Por qué fascinaba su personalidad?
- Su personalidad fascinaba porque encarnaba precisamente la enseñanza de Cristo. No hablaba de Él, sino que Le hacía revivir en cada uno de sus gestos. Su sonrisa, la simplicidad de su persona y su espontaneidad se conjugaban para hacer de ella la mejor embajadora.
En este y en anteriores libros vuestros, indicáis que se aplicó en la fabricación de aceites curativos, ¿podéis dar detalle al respecto? ¿Qué escondía en la profundidad de sus grutas?
- No puedo decir gran cosa acerca de los aceites curativos ya que trabajaba sola, un poco a la manera de un alquimista. Sin embargo sé que estos aceites se podían combinar con agua. Tengo conciencia también que creó un aceite muy particular, llamémoslo "universal", que lograba elevar al paciente a diferentes niveles vibratorios en función del tipo de desorden a tratar.  
¿Está hoy de forma más masiva encarnada la mujer libre, audaz e intuitiva cuyo arquetipo representó Maria de Magdala ya hace 2000 años?
- Sí, es incontestable que las mujeres de hoy en su conjunto, encarnan de manera más notoria que en el pasado, el arquetipo de Myriam de Magdala como "mujer libre". La sociedad occidental de hoy, les concede una independencia y una libertad de acción que no tenían en el pasado. Sin embargo, no podemos establecer vínculos entre Myriam de Magdala y los movimientos feministas.
Era libre porque se desenvolvía fuera de las convenciones sociales, como un soplo de aire puro, como un perfume. Su libertad residía en la manera de seguir audazmente su intuición, riéndose de las ideas preconcebidas y de ciertas reglas humanas.
¿Cuál es su mensaje para la mujer de hoy?
- El mensaje de Myriam de Magdala para las mujeres de hoy podría seguramente ser el siguiente: "Tomad conciencia de vuestro papel como motor de vuestra sociedad. Los cambios pasan por vosotras". Es necesario no olvidar tampoco la sensibilidad femenina que duerme en cada uno de los hombres y que es generalmente negada.
En tu libro evocas el "andrógino ideal", ¿no hay peligro de que al manifestarse éste, el hombre y la mujer renuncien a sus esencias vitales, complementarias?
- La noción de andrógino ideal no supone el abandono de las esencias vitales masculina y femenina. El andrógino las sublima, no las anula. Las hace fusionarse en un estado de conciencia del cual no tenemos idea aún. 
¿Cuál era el papel que jugaba Myriam de Magdala en el teatro en torno a Jesús?
- Jugó el papel del primer discípulo de Jesús, aquél que goza de la ventaja de tener conversaciones privadas con él. La Iglesia Católica ha ocultado este hecho en sus Evangelios canónicos, porque quienes estructuraron sus dogmas eran patriarcas que negaban a la mujer la equidad con respecto al hombre. Así, todos los fragmentos que la ponían en primer plano, han sido sistemáticamente suprimidos.
He ahí también la razón por la cuál los Evangelios oficiales conceden muy poco espacio en sus textos a Myriam de Magdala. Ella era en realidad todo un "estorbo".
¿Por qué durante tanto tiempo "la prostituta"?
- Ha sido identificada como prostituta en razón de su gran libertad de movimiento y de palabra. Ella se atrevió a abandonar un marido violento, algo absolutamente fuera de lo común en aquella época. Se ha utilizado su reputación de mujer atrevida para fabricar el arquetipo de la pecadora arrepentida, así como se hizo de Tomas el arquetipo del incrédulo, lo cuál no tiene nada que ver con la realidad histórica .
¿Su relación era de Maestro y discípula o había algo más? ¿Hasta dónde piensas que llegó la intimidad entre Jesús y M.M.? ¿Proximidad sólo de almas ?
- Opino, pero esto no es más que mi convicción personal, que la relación que unía Jesús a Myriam de Magdala, sobrepasaba aquella que une maestro y discípulo en su concepción clásica. Estoy cada vez mas convencido que esta relación era de tipo tántrico en el sentido más elevado de la palabra. Esto supone, por supuesto una unión carnal íntima, dictada por la comunión de las almas. 
¿Cuál es el sentido noble de la sensualidad que Myriam de Magdala representa?

- Myriam de Magdala representa para mí la sensualidad en el más noble sentido del término, porque vivía en un estado de fusión casi permanente con lo más bello que existe en la naturaleza: los perfumes, los colores, las formas y los sonidos.
Bebía la vida por todos los sentidos de su cuerpo y no establecía ninguna ruptura ni frontera entre el mundo palpable y los mundos sutiles. Para ella, los sentidos podían ser un puente entre lo Divino y lo Humano, si sus funciones eran bien comprendidas y guiadas por el amor.
¿Dónde radica la verdadera pureza del amor, que por ejemplo tú evocas al mencionar la relación entre Jesús y Myriam de Magdala?
- El amor que unía Jesús y Myriam de Magdala se caracterizaba por una no-posesividad absoluta, un estado de comunión de almas que les permitía plena autonomía, conservando un vínculo energético entre ellos. Vivían en el estado de "no-frontera" que se menciona en el Evangelio de M.M..
¿Cómo manejó Myriam de Magdala la continua "tempestad" que se cernía sobre ella?
- No era ella quién dirigía la "tempestad" que la acechaba, sin embargo sabía bien cómo conducirse. Al fin y al cabo el movimiento permanente era su manera natural de ser. Vivía cuanto la rodeaba con una gran calma interior. No había problema para ella en la cercanía de esa "tempestad", puesto que tomaba conciencia de que era "el centro dentro del cambio", tal como lo afirma su evangelio. 
"Su esencia de Luz no nos deja" dice Myriam de Magdala a propósito de Cristo. ¿Cómo se manifiesta esa Esencia en nuestros días?
- La esencia de la Luz de Cristo se manifiesta hoy gracias al ingreso progresivo de nuestro mundo en mutación a un nuevo "campo de conciencia". Esto puede abarcar cada vez más seres y no únicamente los discípulos más próximos. Somos nosotros los que debemos abrirnos a esta realidad interior, invitándola plenamente en nosotros.
¿Qué vigencia tiene hoy el Evangelio de Myriam de Magdala? ¿A la luz de su Evangelio, cuáles son los motores del nuevo ascenso de la humanidad?
- Los motores del mundo que se abre hoy son la osadía, la confianza y el descubrimiento de una nueva forma de amor más grande. De manera general, se trata de aceptar una verdadera metamorfosis y no una simple reactualización de nuestros viejos valores.
Koldo Aldai.

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