30 de septiembre de 2013

LA INTUICIÓN Y LOS SINCRONISMOS.


Pensamos en una persona y el teléfono suena, y justo es esa persona, o bien recibimos noticias suyas. Soñamos con alguien a quien no hemos visto por un largo periodo y, en unos pocos días, vemos a esa persona u oímos algo relativo a ella. Vamos a un lugar en el que no hemos estado nunca y sin embargo nos resulta familiar, lo que se conoce como déjà vu…
Creo que todos hemos tenido una o más experiencias de naturaleza intuitiva. 
Empecemos aceptando que la intuición existe como esa capacidad interior de conocer en términos específicos, sin una conexión física en la que basarse, una especie de acción a distancia, que la ciencia siempre se negó a reconocer hasta que aparecieron los físicos cuánticos. Podemos decir que la información intuitiva, la respuesta de la vida cuando le hacemos una pregunta, siempre es correcta.
Antes de continuar con esta exploración de la intuición quiero agregar otro elemento que, aunque no está directamente relacionado con la intuición en sí misma, sí lo está con la efectividad y utilidad de la información recibida intuitivamente. Me refiero a la sincronicidad.
La sincronicidad se define generalmente como situaciones no relacionadas entre sí pero que adquieren sentido para la persona. Una vez estaba hablando con unos amigos acerca de un libro escrito por Arthur Avalon (un autor no demasiado conocido) cuando justo en la radio emitieron la canción Avalon (una melodía de 1930). Unos días atrás estaba comentando unos síntomas de tipo respiratorio y pulmonar con un médico amigo cuando una persona desconocida para mí llamó para preguntarme sobre el enfisema. Un domingo mencioné a un amigo mi deseo de visitar Argentina y el lunes siguiente recibí un correo de alguien a quien no conozco personalmente preguntándome cuándo iría a Argentina a dar un curso…
Estos son ejemplos de cosas que ocurren habitualmente; considero que nos ocurren a todos en nuestras vidas. Ahora bien, el cómo las consideramos, si solo como diversión o bien como coincidencias inusuales no totalmente dependientes del azar, depende de nuestra percepción personal y sistema de creencias o forma de ver el mundo. Me gusta el comentario de mi hijo al respecto: «Es el universo que nos hace un guiño.»
Dentro del paradigma, en el proceso creativo de vivir, no hay eventos que se den por azar. La vida está inimaginablemente bien organizada. Decimos que siempre hay una especie de sincronicidad perfecta ocurriendo en nuestras vidas. Nuestro estado interior y los eventos están reflejados en metáforas tridimensionales en el mundo exterior, aunque no somos siempre conscientes de estas relaciones metafóricas. La sincronicidad perfecta siempre permite que la información que recibimos sea la correcta, aunque a veces no sepamos qué es lo correcto mentalmente, emocionalmente o físicamente.
Podemos imaginar una situación en la que hacemos una pregunta, nos interiorizamos y percibimos una respuesta que es útil y tiene sentido…
Así que, solo es necesario estar abiertos a los mensajes, a los sincronismos y a nuestra intuición, a través de ellos siempre encontramos respuestas a nuestras preguntas, eso sí, son repuestas personales, no significa lo mismo para mi que para otra persona el que se repita siempre un mismo número, un color, un animal, etc.
Sólo tenemos que preguntarnos: ¿Qué significado tiene para mi?
Eric Rolf.

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