26 de diciembre de 2013

LAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN ESPIRITUAL.


Hace varios años, pasé un verano viviendo y trabajando en el sur de África. 
A mi llegada me encontré de inmediato con la realidad de que estaba en el país con mayor tasa de homicidios en el mundo, donde la violación era común y más de la mitad de la población tiene VIH. 
He llegado a conocer a muchos maestros espirituales y miles de practicantes espirituales a través de mis viajes, he sido golpeada por la forma en que nuestro punto de vista espiritual, las perspectivas y nuestras experiencias, se convierten de manera similar “infectadas por conceptos” que son invisibles, pero tan insidiosos, como las demás enfermedades. 

Las siguientes 10 clasificaciones no son definitivas, pero se ofrecen como una herramienta para la toma de conciencia de algunas de las enfermedades de "transmisión espiritual" más comunes.

1. Espiritualidad de Comida Rápida
La espiritualidad de comida rápida es un producto de la fantasía para encontrar el alivio momentáneo del sufrimiento, creyendo que puede ser rápido y fácil. Una cosa es clara: la transformación espiritual no se puede obtener rápidamente. 

2. La espiritualidad de imitación
La espiritualidad de imitación es la tendencia a hablar, vestirse y actuar como nos imaginamos que una persona espiritual lo haría. Se trata de un tipo de espiritualidad que imita la realización espiritual creyendo que "la vestimenta hará al monje".
3. Motivaciones confusas
A pesar de que nuestro deseo de crecer es genuino y puro, a menudo se mezcla con otras motivaciones, entre ellas el deseo de ser amado, el deseo de pertenecer, de buscar reconocimiento, la necesidad de llenar nuestro vacío interior, la creencia de que el camino espiritual nos liberará de todo mal y la ambición espiritual (el deseo de ser especiales), ser mejores que, y ser “el elegido”.
4. Identificarse con las experiencias espirituales
En esta enfermedad, el ego se identifica con las experiencias espirituales y las toma como propias, creyendo ser un iluminado o que puede ser un maestro espiritual.
5. El Ego Espiritualizado
Cuando el ego se espiritualiza, somos invulnerables a la ayuda. Nos convertimos en seres humanos impenetrables y estancamos nuestro crecimiento espiritual, todo ello en nombre de la espiritualidad creyendo haber trascendido el ego y lo único que se ha hecho es disfrazarlo con otras ropas.
6. La producción en masa de los maestros espirituales
Esta enfermedad funciona como una cinta transportadora espiritual: ponte en este resplandor, consigue aquella visión, haz esta meditación ... y bam! Ya estás iluminado y listo para iluminar a otros de forma similar.
7. El orgullo espiritual
Una sensación de “superioridad espiritual” es otro síntoma de esta enfermedad de transmisión espiritual. Se manifiesta como una sutil sensación de que yo soy mejor que otros, más sabio, valgo más, porque yo soy espiritual y los otros no.”
8. La mente del grupo
También se describe como pensamiento de grupo, mentalidad de culto, o la enfermedad del Ashram. Los individuos y los grupos infectados con “mente de grupo” rechazan lo individual, las actitudes y todas las circunstancias que no se ajusten a las normas del grupo al que pertenecen.
9. El complejo del pueblo elegido
Es la creencia de que “Nuestro grupo está más evolucionado espiritualmente, es más potente, sabio y en pocas palabras, mejor que cualquier otro grupo”. Existe una distinción entre el reconocimiento de que uno ha encontrado el camino correcto, el profesor adecuado, o la comunidad correcta para sí mismos, y el haber encontrado “al elegido” mientras lo otros siguen buscando.
10. El virus mortal: “Yo He Llegado
Esta enfermedad es tan potente que tiene la capacidad de ser terminal y mortal para nuestra evolución espiritual. Es tener la creencia de que “he llegado” al objetivo final de la senda espiritual. Nuestro progreso espiritual termina en el punto donde se apodera esta idea en nuestra mente, porque en el momento en que comenzamos a creer que hemos llegado al final del camino, el crecimiento se detiene.
Mariana Caplan.

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