21 de octubre de 2014

TODOS ESTAMOS INTERCONECTADOS. SATISH KUMAR.


Satish Kumar, filósofo y director de la revista Resurgence/The Ecologist, explica con su exquisita sencillez que cuidar el entorno natural (tierra), mantener el bienestar personal (alma) y defender los valores humanos (sociedad) son los imperativos morales de nuestro tiempo.
A sus 77 años, Kumar huye de la aureola de “sabio” y se presenta a sí mismo como “peregrino”, caminante por vocación, desde que a los 18 años diera media vuelta al mundo (de la tumba de Gandhi a la de JFK) invitando a su paso a un “té por la paz” a los líderes de las potencias nucleares.
Difunde el mensaje de la “nueva trinidad para el siglo XXI.
¿Por qué ha evolucionado tan poco la educación?Tengo entendido que en The Small School, la escuela que usted fundó en Devon en 1982, los niños aprenden a cocinar su propia comida…
Fue una de las novedades que introdujimos en el sistema educativo. También enseñábamos yoga, carpintería, cerámica, fotofrafía o poesía… Tenemos que incorporar todas estas actividades a eso que llaman el currículum, y que por desgracia se reduce casi siempre a una sucesión de textos o de estudios nada prácticos. Los niños no solo tienen que aprender a pensar con capacidad crítica, tienen sobre todo que aprender a hacer cosas.
En todo el mundo han surgido miles de proyectos de educativos alternativos y holísticos. Hay una revolución educativa en marcha, no tenemos más que callar para escuchar el tam-tam… Pero es cierto que la educación oficial ha evolucionado poco y sigue dividiendo el mundo en compartimentos estancos: aquí los números, aquí las letras, aquí la física… Seguimos estancados en el pensamiento cartesiano –“Pienso, luego existo”- y la educación es un triste reflejo de todo eso. Necesitamos un giro de conciencia radical y aceptar que todo está interconectado. En la filosofía hindú le damos la vuelta al concepto cartesiano con la ida del So Hum: “Tú eres, luego yo soy”. Nada nos divide: todos estamos interconectados.

Hablemos del segundo elemento, el alma, que usted identifica con la existencia individual...
 "ser benevolentes en el universo" y "hacer las paces con la tierra". ¿Por ahí se empieza?
Nunca seremos capaces de hacer las paces con nosotros mismos si antes no hacemos la paz con la tierra. 
La tierra es la esencia de todo, donde crecen las raíces y está el sustento de la vida. Tierra somos y a la tierra volvemos, por eso es esencial reconectar con ella. Y sin embargo aquí estamos, en guerra perpetua contra la naturaleza, llenando la atomósfera de CO2, contaminando los océanos, envenenando el suelo con pesticidas y fertilizantes químicos… 
Tenemos que cambiar profundamente nuestra relación con la tierra si queremos realmente cambiar como sociedad. Solamente siendo benevolentes con el planeta y con el resto de los seres vivos, seremos capaces de ser benevolentes con nosotros mismos.
El alma trasciende al individuo, nos hace salir de la trampa mental del ego y nos conecta con todo lo que nos rodea... Volvemos a lo de antes: a la necesidad de salir de nosotros mismo y conectar con lo que nos rodea. 
La naturaleza es parte indisoluble de ese “alma”. Es en contacto con el mundo natural, en fusión total con los elementos, cuando nos sentimos realmente vivos.

Ahora que viene usted con la nueva trinidad ¿qué hacemos con la libertad, la fraternidad y la igualdad? 
En la sociedad que hemos construido sigue primando el concepto darwiniano de la supervivencia del más fuerte, la competición a toda costa...
Las comunidades humanas deberían recuperar valores que han estado siempre ahí, como la generosidad y la compasión, y ponerlos por delante de la avaricia y la competición. En la naturaleza hay maravillosos ejemplos de colaboración, como los bosques, y ésa es una observación que también destacó Darwin y que por desgracia no se tiene en cuenta. Tantas veces nos olvidamos de lo que está debajo de la tierra, que es donde empieza y acaba el círculo de la vida.
En el siglo XXI no podemos seguir viéndonos como el centro del universo. La nueva trilogía Tierra, Alma y Sociedad va más allá de las revindicaciones políticas y nos reconcilia con lo más básico, que es la tierra.  ¿Cómo se puede separar el conocimiento y la gestión del planeta? Hace poco me invitaron a dar una charla a London School of Economy. Les dije que espero que la próxima vez que ponga el pie allí haya cambiado ya el nombre por el de London School of Ecology and Economy. ¿Tenemos que seguir explicando que las dos palabras tienen la misma raíz?
Usted habla también de otra trilogía, manos, cabeza y corazón, que considera esencial para aplicar a la educación...Efectivamente, la educación actual está atrapada en la cabeza y margina todos los otros elementos que nos hacen humanos. En mi libro, donde intento destilar la sabiduría de mis grandes maestros -Gandhi, Tagore, Schumacher- le dedico un lugar muy destacado a San Francisco de Asís. Y le tomo prestada esa cita en la que decía que trabajando con las manos haremos trabajadores, con las manos y cabeza tendremos artesanos, y con las manos, la cabeza y el corazón tendremos artistas. Esa debería ser nuestra máxima aspiración, que nuestras escuelas sirvieran para crear artistas capaces de poner esos tres elementos en acción.
Carlos Fresneda.


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